El sueño de muchos seguidores de la F1, entre los cuales me
encuentro, era llegar a ver a un piloto español pilotando un Ferrari entre otras
cosas porque se presupone la posibilidad de verlo campeón del mundo. Fernando
Alonso ha sido hasta hoy el único piloto en conseguir formar parte de este
equipo y en los tres años que lleva formando parte de él, ha estado muy cerca
de conseguir el ansiado sueño. Este año aún se mantenían las esperanzas de
alcanzarlo, sin embargo a la vista de lo sucedido este fin de semana en
Hungaroring, casi se puede volver a descartar esta posibilidad.
Se esperaba que los Mercedes sucumbieran ante el desgaste de
gomas. A los Red Bull tampoco les venían bien las altas temperaturas. Se
confiaba en que Ferrari dominara si el asfalto alcanzaba altas temperaturas y
eso sí, se temía por el mejor rendimiento de los Lotus en estas condiciones.
Esto último, fue lo único que se pudo certificar durante la carrera.
Hamilton que partía de la pole, pronto puso tierra de por
medio hasta alcanzar el suficiente margen para entrar a cambiar sus blandos y a
la vista de lo que hicieron Vettel primero y Alonso después, quedaba claro
que lo del mal rendimiento de los Mercedes con altas temperaturas, era un bluf.
Vettel desde la segunda posición de la parrilla hizo un magnífico trabajo
durante toda la carrera, aunque al final tuvo que ceder ante la mejor
estrategia de los Lotus avalada sin duda por el mejor cuidado que hacen de sus
gomas, si bien es cierto que durante las últimas vueltas, con gomas nuevas,
estuvo a punto de sobrepasar a Raikonnen, que salíendo sexto, penalizó en su
arrancada y tuvo que pasar las primeras vueltas al rebufo del brasileño, que
además había perdido unos de los end plates delanteros en un toque con Rosberg.
De no haber sido por esta circunstancia, el finlandés habría peleado por la
victoria.
Fernando, que salía quinto y que según sus palabras,
intentaría adelantar a Vettel antes de la primera frenada, solo consiguió
colocarse cuarto detrás del francés Grosjean. A partir de ahí y a pesar de que
cuando se separaba de su predecesor era para salvar gomas, aerodinámica y
temperatura, nunca tuvo ritmo suficiente para albergar una posibilidad. Los
delante se mostraban inalcanzables para el Ferrari.
Es verdad que esta falta de ritmo ya ocurrió en Montecarlo y
este circuito es muy parecido al trazado monegasco, pero se me antoja difícil
la posibilidad de ganar tres o cuatro carreras seguidas, como dice el nano, si
los demás se muestran como lo han hecho en este trazado.
Confiemos en que Ferrari siga trabajando al menos para
mantener un hilo de esperanza en un reto que, a día de hoy, ya parece
inalcanzable.
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